Los lunes en septiembre son lunes diferentes. Son medio lunes y todavía tenemos el recuerdo de un verano glorioso, porque los veranos, siempre deberían ser gloriosos. Además, todavía nos quedan días de verano y eso debería ser la plegaria de la mañana: la luz, la temperatura, el ritmo, la melodía...
Creo que esta imagen no lo podría definir mejor.
Nos la manda una simpática familia formada por dos pianistas (casi) y dos bateristas. Hay una bonita historia de erasmus tras esta familia mitad alemana, mitad española, y una bonita historia tras la compra del piano que siempre será un recuerdo imborrable y también de la adquisición de la batería, en la que tuvo mucho que ver una de las bandas de la escuela, The Famous. Creo que algún día podremos leer todas esas historias y mientras tanto, dejarnos llevar por el optimismo de esta postal. ¿Necesitáis traducción? Aquí la tenéis.
También viajamos a Italia y además para hacer un curso de música, de esos que te ponen en contacto con tu ser interior gracias a la confluencia de naturaleza, música y conocimiento. Otra familia de músicos nos mandó esta imagen que espero os transmita todo esto que os digo.
Tenemos también mi viaje. El viaje interior que realizo cada vez que me siento a escribir este blog y el viaje real que este año fue a Escocia. Escribo desde 2012 sin decir que soy yo, por aquello de que me fundo con la escuela que dirijo y por no querer ser el centro de atención. Y entenderéis que sería difícil escribir sobre mí misma si solo me hubiera metido en la sección Profesores por el mundo, tal y como se concibió en su momento. Pero este año, después de muchos sin hacerlo, he mandado una postal, que gracias a este blog, no es enviarme una postal a mí misma sino a todos vosotros, a los que en este momento estáis leyendo. Creo que sigo un poco en esos castillos de cuento y medio derruídos que he visto en medio de brumas y lagos tenebrosos. Pero si hay una luz después de todo este tiempo es la que se enciende con el nuevo curso. Os lo aseguro.
Ana Gegúndez Verdasco
